Enrique Symns hizo el
primer concurso de la radio, pero había un solo oyente que podía acertar la
consigna. De noche, frente al micrófono por el que se metía una molesta y
persistente interferencia de FM 100, Enrique apretaba el botón de la sevillana
liberando la navaja del mango. Era una de esas
de malevos, algo gastada por la dura tarea de destapar botellas.
-¿Qué es lo que suena y
quién me lo regaló?, arremetía. Dos minutos después del tema de Lou Reed, otra
vez, “Chac, chac”. -¿Qué suena y quién me lo regaló?
Ring del teléfono. - Hola,
habla Skay de Congreso. Es una sevillana de color caoba, está muy gastada y te
la regalé yo. Symns sonríe. Su primer llamado y el primer concurso de La Tribu
estaban resueltos. Ganó Skay Beillinson, guitarra de Los Redondos[1].
Fm La Tribu es una radio comunitaria, alternativa y popular. Es, como
dicen en Almagro, una casa con parlantes. Fm La Tribu es una radio, es un
centro de capacitación y producción, es una isla de producción audiovisual, un
bar, una plataforma digital que distribuye bajo software libre todo lo que
producen y ancla los tentáculos en su territorio, en el corazón de Buenos
Aires.
La Tribu es una de las
radios comunitarias más antiguas de la Argentina. Transmite desde el 88.7 del
dial para toda la ciudad, y desde internet, para todo el mundo. Para muchos
otros medios, es la que acompañó procesos, la que prestó archivos y la que
montó equipos y antenas. Ayudó y vio crecer. La Tribu cumple 25 años en junio
del año que viene y los va a festejar bailando, como con la canción que
hicieron para festejar los 20.
“Amor no es impuesto, trabajo, basura. No hay
amor en la reja ni en la cerradura. No tiene amor el jefe ni el sueldo. Amor es
negar que existen los dueños. Qué contradicción la figura del amo: yo siento el
amor si juntos lo odiamos. Amor es tener amigos y tiempo, quemar rutinas, andar
más lento. Amor es la radio de mi barrio. Acción, resistencia, festejar veinte
años. Una fábrica de fallas. Una tribu bailando. Y este sistema se va acabando.
Frecuencias, alertas, interferencias. Tu voz y la mía son las herramientas.
Violencia, clausura, mentira, control se quedan afuera de nuestra canción.
Posesión, imposición no tienen amor. No dejes que reine la confusión. Sin amor
hay un pozo, un clavo, un cero, topadora, silencios, millones de peros.
Desesperan, reprimen, explotan, destruyen. En sus venas la sangre no fluye.
Amor es tener ideas y fuerza, un barco que parte, una persona que vuela. Amor
es hacer una contraescuela.”
***
-Yo no sé para qué
vine...estos premios nunca me gustaron, ¡los sanguchitos no tenían mayonesa!-
se quejó Alejandro, cuando la cámara de Esto
pasa en La Tribu lo filmó en la salida del Teatro Nacional Cervantes. Ese
jueves a la noche era la entrega de los Premios Eter y su radio tenía tres
nominaciones.
-¡Vamos a ir a los
tribunales federales, a la Corte Interamericana, para que se escuche nuestro
reclamo!, agregó Rafa.
Nunca habían sido tres.
Esta vez, la radio integraba la terna junto con Metro y Vorterix por la
Producción Integral del Aire; Sonidos Clandestinos competía con Basta de Todo
(Metro) y Una Vuelta Nacional (Radio Nacional), por el mejor programa de la
tarde; y Vuelta cangrejo se enfrentaba a La Vuelta de Zloto (Del Plata) y Metro
y Medio (Metro), como los mejores programas del regreso. Pero no se llevaron ni
una sola estatuilla de vuelta a la casa con parlantes.
-Pensar que todo lo que
nosotros lo hacemos por pasión, ellos lo cobran.- dijo días más tarde, Analía,
miembro del equipo de Vuelta Cangrejo.
-Para el año que viene,
para los 25; -Rafa se tiene fe. El 19 de junio de 2014, se acercan al cuarto de
siglo.
La radio nació cuando un
grupo de estudiantes de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos
Aires y militantes del Frente Amplio Estudiantil Santiago Pampillón, decidió
crearla alquilando un departamento en
Gascón esquina Sarmiento, en Almagro. El consorcio del edificio desconfiaba del
argumento de un grupo de jóvenes, entre los que estaban Ernesto Lamas, Hugo
Lewin, María Cabrejas, Ivana Erlichmann, Viviana Rybak y Débora Gornitz, de que
allí funcionaría un taller de radio y locución, y que por eso iba a haber mucho
movimiento de gente. Tiraron abajo una de las paredes del tres ambientes y
construyeron el estudio. Con la antena escondida en la terraza, mucho sigilo al
entrar, los micrófonos atados a botellas de ginebra y sin decir al aire desde
dónde transmitían, en 1989 comenzó a latir FM La Tribu.
Radio sin oyentes
FM La Tribu no tiene oyentes. No hay quien prenda la radio y no pueda
dialogar con ella de alguna manera, discutir, proponer, llamar o darse una
vuelta por la casa. Por eso la radio te interpela, uno deja de ser oyente y
pasa a ser interlocutor. Cuando el que escucha solamente escucha, la
comunicación es una cosa lineal, y quien está del otro lado, una cabeza con
orejas que se cree todo lo que anda dando vueltas. Esa fue una de las primeras teorías de la
comunicación, cuando se escribía teoría a partir de estudiar de los sistemas
telefónicos.
Con el paso del tiempo, se
comenzaron a contemplar otros elementos; a veces el que escucha no coincide con
lo que se dice, y no sale por la calle gritando a los cuatro vientos lo que le
dijeron hace un rato. Básicamente, porque el que escucha no es una cabeza con
orejas. El que escucha siente, piensa, reflexiona, sus pies pisan una tierra
que, muchas veces, es distinta a donde está emplazada la radio. Ninguna radio tiene oyentes. Pero
hay otras radios que prefieren que la gente siga siendo una cabeza con orejas,
que no discuta, que ni siquiera hable un poco más fuerte que el volumen de la
trasmisión. Las radios, y todos los medios de comunicación en general, no
tienen oyentes. Tienen interlocutores. En La Tribu lo dicen bien clarito en
cada vuelta de tanda; apagá La Tribu y hacé tu radio.
Cantado y escrito en el CUERPO
El 20 de octubre de 2010,
las patotas de la Unión Ferroviaria asesinaron a Mariano Ferreyra. El Colectivo
La Tribu, Calican Records y la Coordinadora contra la Represión Policial e
Institucional (CORREPI), decidieron rendirle un homenaje. Se propusieron
recopilar a diferentes artistas, haciendo canciones a partir del asesinato de
Mariano Ferreyra, así nació Cuerpo.
“El asesinato de Mariano
Ferreyra es una bisagra para nuestra sociedad en los modos de interpretar las
actuales formas de poder, la militancia, las utopías”, sostienen. Y Manu Chao,
Mariana Baraj, 4 Pesos de Propina, Vicentico, Orquesta Típica Fernández Fierro,
Calican Groove, entre otros, les pusieron la voz y las palabras.
“Fue saliendo la idea de no
hacer un homenaje a Mariano, sino empezar a pensar y repensar a todos los
Marianos que están vivos; en pensar en las articulaciones del poder; entre
patotas y policías; en pensar el rol del Estado; en pensar cómo los medios realzan
a los muertos: por ejemplo, ahora con el tema del juicio, todos los periodistas
están hablando de Mariano pero inmediatamente después cuestionan y se tiran
contra cualquier delegado que está de paro. El disco surge con la necesidad de
empezar a repensar este tipo de cosas…Desde La Tribu elegimos hacer un disco
porque nos parece que tiene más que ver con Mariano”, dijeron desde El
Colectivo a Revista Marcha en una entrevista realizada el 13 de agosto de 2012.
Ser comunitaria
Radios truchas,
clandestinas, precarias. Eso fueron durante mucho tiempo, las radios
comunitarias. En nuestro país, antes de la renombrada Ley de medios (LSCA),
pocas radios tenían una licencia que las habilitara a funcionar. Después de la
dictadura, la Ley de Radiodifusión (22.285) firmada por Videla, repartía el
espectro radioeléctrico entre medios públicos y privados. Entonces, las radios comunitarias (aquellas
que no conciben a la comunicación como una mercancía que puede generar dinero,
sino como un derecho humano elemental, como el derecho a la vivienda digna),
quedaban afuera del mapa. Eran radios que existían, pero que no eran
contempladas por la ley. Empezaron a llamarlas, durante mucho tiempo, radios
truchas.
Pero las radios comunitarias, alternativas, populares, participativas,
son mucho más que truchas. Son medios que están abiertos a la comunidad, en los
que no hay que ser locutor ni tener títulos para poder salir al aire, y en los
que su barrio se les mete por la ventana. Son alternativas porque como no
cobran publicidad de nadie, no le deben el aire a nadie y pueden decir lo que
quieran. Entonces, buscan la manera de revertir el discurso dominante, el
hegemónico. Y son populares, porque, casi siempre, ese discurso que no le
conviene al poder, beneficia a los de abajo, y las radios lo defienden.
La Tribu enreda sus raíces
entre diferentes organizaciones sociales como el Frente Popular Darío
Santillán, Mocase VC, H.I.J.O.S, Correpi, Metrodelegados, entre muchos otros.
Es parte activa de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) y la
Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), lo que la hace
estar en interacción constante con otras radios de todo el continente y el
mundo. Además, La Tribu articula con la Red Nacional de Medios Alternativos,
las luchas por una ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que permita el
desarrollo y reconocimiento de radios comunitarias, alternativas y populares,
en el 33% del espectro radioeléctrico. Por eso llevan adelante la campaña 365D,(http://365d.org/),
para que se cumpla de manera completa la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual, fomentando la desinversión de todos los grupos de multimedios que
no cumplen con la norma; la implementación del plan técnico que posibilite el
reordenamiento del espectro y que se llame a concursos públicos, para que todas
las emisoras y canales comunitarios puedan participar y obtener las licencias
que les corresponden.
Festival Cartón
Este año, durante el 20 y
el 26 de agosto, la casa con parlantes organizó el 3º Festival de animación
Cartón, coordinado por FM La Tribu y el programa Va De Retro. Durante los siete
días del festival, se expusieron 64 obras audiovisuales, de 14 países
distintos. Hubo además, muestras, talleres, teleconferencias y una feria de
cómics independiente.
El jurado estaba conformado
por María Verónica Ramírez, Diego Rolle, Sergio Langer, Claudio Andaur y Pau
Daveloza. Después de una semana intensa, eligieron como mejor Corto Animación
Tradicional/CGI y Gran Premio del Jurado a Negro
de Wal; como mejor corto Flash, a Apple
Pie de Pablo Polledri; y como mejor corto Stop Motion-Collage, a Nuestra arma es nuestra lengua de
Cristian Cartier Ballve; tres realizaciones argentinas.
El aire no tiene dueño. La tierra tampoco
La Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual (26.522) fue producto de 29 años de luchas de las
organizaciones vinculadas a la comunicación. Ahí se plantea el espectro
radioeléctrico se divide en 3 y que los medios comunitarios entran en el 33%
correspondiente a los “sin fines de lucro”.
-Nosotros no estamos en
contra de la ley, ni mucho menos, pero sabemos que hace falta seguir
mejorándola, dice Diego Skliar, conductor de La Mar en Coche, el magazine
diario de la mañana y parte del colectivo editorial de La Tribu. El 33% de los
medios sin fines de lucro mete a los medios comunitarios a competir con medios
de fundaciones, como la Fundación de Coca Cola o la Uocra.
-La discusión sobre el saqueo y el
extractivismo va más allá de los bienes comunes-, afirma. -Hay saqueo en el
trabajo, políticas extractivas en las relaciones sociales, de un sistema
capitalista que se expande y que lleva consigo todo lo que encuentra, agrega.
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