martes, 14 de enero de 2014

Acostumbrarse es morir: Fm La Tribu





Enrique Symns hizo el primer concurso de la radio, pero había un solo oyente que podía acertar la consigna. De noche, frente al micrófono por el que se metía una molesta y persistente interferencia de FM 100, Enrique apretaba el botón de la sevillana liberando la navaja del mango. Era una de esas  de malevos, algo gastada por la dura tarea de destapar botellas.

-¿Qué es lo que suena y quién me lo regaló?, arremetía. Dos minutos después del tema de Lou Reed, otra vez, “Chac, chac”. -¿Qué suena y quién me lo regaló?

Ring del teléfono. - Hola, habla Skay de Congreso. Es una sevillana de color caoba, está muy gastada y te la regalé yo. Symns sonríe. Su primer llamado y el primer concurso de La Tribu estaban resueltos. Ganó Skay Beillinson, guitarra de Los Redondos[1].




Fm La Tribu es una radio comunitaria, alternativa y popular. Es, como dicen en Almagro, una casa con parlantes. Fm La Tribu es una radio, es un centro de capacitación y producción, es una isla de producción audiovisual, un bar, una plataforma digital que distribuye bajo software libre todo lo que producen y ancla los tentáculos en su territorio, en el corazón de Buenos Aires.
La Tribu es una de las radios comunitarias más antiguas de la Argentina. Transmite desde el 88.7 del dial para toda la ciudad, y desde internet, para todo el mundo. Para muchos otros medios, es la que acompañó procesos, la que prestó archivos y la que montó equipos y antenas. Ayudó y vio crecer. La Tribu cumple 25 años en junio del año que viene y los va a festejar bailando, como con la canción que hicieron para festejar los 20. 
“Amor no es impuesto, trabajo, basura. No hay amor en la reja ni en la cerradura. No tiene amor el jefe ni el sueldo. Amor es negar que existen los dueños. Qué contradicción la figura del amo: yo siento el amor si juntos lo odiamos. Amor es tener amigos y tiempo, quemar rutinas, andar más lento. Amor es la radio de mi barrio. Acción, resistencia, festejar veinte años. Una fábrica de fallas. Una tribu bailando. Y este sistema se va acabando. Frecuencias, alertas, interferencias. Tu voz y la mía son las herramientas. Violencia, clausura, mentira, control se quedan afuera de nuestra canción. Posesión, imposición no tienen amor. No dejes que reine la confusión. Sin amor hay un pozo, un clavo, un cero, topadora, silencios, millones de peros. Desesperan, reprimen, explotan, destruyen. En sus venas la sangre no fluye. Amor es tener ideas y fuerza, un barco que parte, una persona que vuela. Amor es hacer una contraescuela.”
***
-Yo no sé para qué vine...estos premios nunca me gustaron, ¡los sanguchitos no tenían mayonesa!- se quejó Alejandro, cuando la cámara de Esto pasa en La Tribu lo filmó en la salida del Teatro Nacional Cervantes. Ese jueves a la noche era la entrega de los Premios Eter y su radio tenía tres nominaciones.
-¡Vamos a ir a los tribunales federales, a la Corte Interamericana, para que se escuche nuestro reclamo!, agregó Rafa.

Nunca habían sido tres. Esta vez, la radio integraba la terna junto con Metro y Vorterix por la Producción Integral del Aire; Sonidos Clandestinos competía con Basta de Todo (Metro) y Una Vuelta Nacional (Radio Nacional), por el mejor programa de la tarde; y Vuelta cangrejo se enfrentaba a La Vuelta de Zloto (Del Plata) y Metro y Medio (Metro), como los mejores programas del regreso. Pero no se llevaron ni una sola estatuilla de vuelta a la casa con parlantes.
-Pensar que todo lo que nosotros lo hacemos por pasión, ellos lo cobran.- dijo días más tarde, Analía, miembro del equipo de Vuelta Cangrejo.
-Para el año que viene, para los 25; -Rafa se tiene fe. El 19 de junio de 2014, se acercan al cuarto de siglo. 
La radio nació cuando un grupo de estudiantes de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires y militantes del Frente Amplio Estudiantil Santiago Pampillón, decidió crearla  alquilando un departamento en Gascón esquina Sarmiento, en Almagro. El consorcio del edificio desconfiaba del argumento de un grupo de jóvenes, entre los que estaban Ernesto Lamas, Hugo Lewin, María Cabrejas, Ivana Erlichmann, Viviana Rybak y Débora Gornitz, de que allí funcionaría un taller de radio y locución, y que por eso iba a haber mucho movimiento de gente. Tiraron abajo una de las paredes del tres ambientes y construyeron el estudio. Con la antena escondida en la terraza, mucho sigilo al entrar, los micrófonos atados a botellas de ginebra y sin decir al aire desde dónde transmitían, en 1989 comenzó a latir FM La Tribu.



Radio sin oyentes
FM La Tribu no tiene oyentes. No hay quien prenda la radio y no pueda dialogar con ella de alguna manera, discutir, proponer, llamar o darse una vuelta por la casa. Por eso la radio te interpela, uno deja de ser oyente y pasa a ser interlocutor. Cuando el que escucha solamente escucha, la comunicación es una cosa lineal, y quien está del otro lado, una cabeza con orejas que se cree todo lo que anda dando vueltas. Esa fue una de las primeras teorías de la comunicación, cuando se escribía teoría a partir de estudiar de los sistemas telefónicos.
Con el paso del tiempo, se comenzaron a contemplar otros elementos; a veces el que escucha no coincide con lo que se dice, y no sale por la calle gritando a los cuatro vientos lo que le dijeron hace un rato. Básicamente, porque el que escucha no es una cabeza con orejas. El que escucha siente, piensa, reflexiona, sus pies pisan una tierra que, muchas veces, es distinta a donde está emplazada la radio. Ninguna radio tiene oyentes. Pero hay otras radios que prefieren que la gente siga siendo una cabeza con orejas, que no discuta, que ni siquiera hable un poco más fuerte que el volumen de la trasmisión. Las radios, y todos los medios de comunicación en general, no tienen oyentes. Tienen interlocutores. En La Tribu lo dicen bien clarito en cada vuelta de tanda; apagá La Tribu y hacé tu radio.

Cantado y escrito en el CUERPO
El 20 de octubre de 2010, las patotas de la Unión Ferroviaria asesinaron a Mariano Ferreyra. El Colectivo La Tribu, Calican Records y la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), decidieron rendirle un homenaje. Se propusieron recopilar a diferentes artistas, haciendo canciones a partir del asesinato de Mariano Ferreyra, así nació Cuerpo. 
“El asesinato de Mariano Ferreyra es una bisagra para nuestra sociedad en los modos de interpretar las actuales formas de poder, la militancia, las utopías”, sostienen. Y Manu Chao, Mariana Baraj, 4 Pesos de Propina, Vicentico, Orquesta Típica Fernández Fierro, Calican Groove, entre otros, les pusieron la voz y las palabras.
“Fue saliendo la idea de no hacer un homenaje a Mariano, sino empezar a pensar y repensar a todos los Marianos que están vivos; en pensar en las articulaciones del poder; entre patotas y policías; en pensar el rol del Estado; en pensar cómo los medios realzan a los muertos: por ejemplo, ahora con el tema del juicio, todos los periodistas están hablando de Mariano pero inmediatamente después cuestionan y se tiran contra cualquier delegado que está de paro. El disco surge con la necesidad de empezar a repensar este tipo de cosas…Desde La Tribu elegimos hacer un disco porque nos parece que tiene más que ver con Mariano”, dijeron desde El Colectivo a Revista Marcha en una entrevista realizada el 13 de agosto de 2012.

Ser comunitaria
Radios truchas, clandestinas, precarias. Eso fueron durante mucho tiempo, las radios comunitarias. En nuestro país, antes de la renombrada Ley de medios (LSCA), pocas radios tenían una licencia que las habilitara a funcionar. Después de la dictadura, la Ley de Radiodifusión (22.285) firmada por Videla, repartía el espectro radioeléctrico entre medios públicos y privados.  Entonces, las radios comunitarias (aquellas que no conciben a la comunicación como una mercancía que puede generar dinero, sino como un derecho humano elemental, como el derecho a la vivienda digna), quedaban afuera del mapa. Eran radios que existían, pero que no eran contempladas por la ley. Empezaron a llamarlas, durante mucho tiempo, radios truchas.
Pero las radios comunitarias, alternativas, populares, participativas, son mucho más que truchas. Son medios que están abiertos a la comunidad, en los que no hay que ser locutor ni tener títulos para poder salir al aire, y en los que su barrio se les mete por la ventana. Son alternativas porque como no cobran publicidad de nadie, no le deben el aire a nadie y pueden decir lo que quieran. Entonces, buscan la manera de revertir el discurso dominante, el hegemónico. Y son populares, porque, casi siempre, ese discurso que no le conviene al poder, beneficia a los de abajo, y las radios lo defienden. 
La Tribu enreda sus raíces entre diferentes organizaciones sociales como el Frente Popular Darío Santillán, Mocase VC, H.I.J.O.S, Correpi, Metrodelegados, entre muchos otros. Es parte activa de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) y la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), lo que la hace estar en interacción constante con otras radios de todo el continente y el mundo. Además, La Tribu articula con la Red Nacional de Medios Alternativos, las luchas por una ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que permita el desarrollo y reconocimiento de radios comunitarias, alternativas y populares, en el 33% del espectro radioeléctrico. Por eso llevan adelante la campaña 365D,(http://365d.org/), para que se cumpla de manera completa la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, fomentando la desinversión de todos los grupos de multimedios que no cumplen con la norma; la implementación del plan técnico que posibilite el reordenamiento del espectro y que se llame a concursos públicos, para que todas las emisoras y canales comunitarios puedan participar y obtener las licencias que les corresponden.

Festival Cartón
Este año, durante el 20 y el 26 de agosto, la casa con parlantes organizó el 3º Festival de animación Cartón, coordinado por FM La Tribu y el programa Va De Retro. Durante los siete días del festival, se expusieron 64 obras audiovisuales, de 14 países distintos. Hubo además, muestras, talleres, teleconferencias y una feria de cómics independiente.
El jurado estaba conformado por María Verónica Ramírez, Diego Rolle, Sergio Langer, Claudio Andaur y Pau Daveloza. Después de una semana intensa, eligieron como mejor Corto Animación Tradicional/CGI y Gran Premio del Jurado a Negro de Wal; como mejor corto Flash, a Apple Pie de Pablo Polledri; y como mejor corto Stop Motion-Collage, a Nuestra arma es nuestra lengua de Cristian Cartier Ballve; tres realizaciones argentinas.

El aire no tiene dueño. La tierra tampoco
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522) fue producto de 29 años de luchas de las organizaciones vinculadas a la comunicación. Ahí se plantea el espectro radioeléctrico se divide en 3 y que los medios comunitarios entran en el 33% correspondiente a los “sin fines de lucro”.
-Nosotros no estamos en contra de la ley, ni mucho menos, pero sabemos que hace falta seguir mejorándola, dice Diego Skliar, conductor de La Mar en Coche, el magazine diario de la mañana y parte del colectivo editorial de La Tribu. El 33% de los medios sin fines de lucro mete a los medios comunitarios a competir con medios de fundaciones, como la Fundación de Coca Cola o la Uocra.
 -La discusión sobre el saqueo y el extractivismo va más allá de los bienes comunes-, afirma. -Hay saqueo en el trabajo, políticas extractivas en las relaciones sociales, de un sistema capitalista que se expande y que lleva consigo todo lo que encuentra, agrega.


[1]              La Tribu: Comunicación Alternativa. Libro homenaje por los 10 años de la radio.

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