miércoles, 8 de enero de 2014

Hoy presentamos: Chicas Nacionales y Geográficas.



La columna vertebral - Por Santiago Nogueira. (@tengokawana)

Estoy atravesando los últimos días de mi relación con la televisión por cable. Ésta, que nació hace muchos años, llegó a su fin. Las causas de la separación son confusas, pero creo que es lo mejor, al menos para mí. A ella, no creo que le importe; en los últimos meses descuidó mucho nuestra relación.

Sabiendo que nuestro tiempo juntos tiene su fecha de vencimiento pautada, nos relajamos y tratamos de disfrutar de la mejor manera estos últimos momentos. Es así que empiezan a aflorar nuevas maneras de estar juntos, que de algún modo, endulzan la amargura del adiós.

Su mala predisposición para algunos contenidos me llevó a desviar mi atención hacia otros, que nunca antes me interesaron. A veces, el descarte no deja de ser una manera de llegar a mejores lugares. Una mañana, me presentó a una amiga: las producciones de Nat Geo. Yo, tan social; ellas, tan salvajes. Fue amor a primera vista. Ese amor de opuestos, tan irresistible, con la suficiente incorrección política para compensar sus pecados capitalistas.

Sé que ellas, en breve, también se van. Si las quiero mantener con vida, voy a tener que salir a buscarlas a otro lugar, de alguna otra forma. Descubrimiento de la naturaleza mediante artificialidad de fibra óptica, ¡qué forma triste de experimentar la cruel supervivencia de los animales en sus ecosistemas!. Ellas, las chicas de la National Geographic, me hicieron ver la naturaleza que se perdió a mi alrededor. Las formas dominantes de la cultura se nos hacen tan extrañas, que su revisión crítica nos las revela fríamente calculadas.

Chau, televisión. Voy a seguir mis instintos. Encontré nuevas formas de entender la sociedad.

Leé el Número 10 completo, acá:


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