Una experiencia educativa innovadora
Por Valeria Dalla Ba y Lic. Julián Pellegrini
UNA INFLUENCIA MAYOR SOBRE LOS CHICOS
Los chicos de ahora no son como los de antes. Esta es una realidad que
conocemos bien de cerca todas las personas que tenemos hijos o trabajamos en
la educación. Las profundas transformaciones económicas, políticas y culturales
ocurridas en las últimas décadas han dado una nueva forma al contexto social
donde crecen y se desarrollan nuestros chicos. Las instituciones tradicionales encargadas de educar
y formar a los niños -como la Escuela, la Familia, o la Plaza del barrio- se
vieron relegadas a un segundo plano ante la irrupción masiva de los medios de
comunicación y la publicidad, que se presentan hoy en día como los grandes
modeladores de las identidades y conductas colectivas de los chicos.
Hoy, los papás, las mamás y los docentes en la escuela, convivimos,
competimos y negociamos permanentemente con ese “otro gran educador” que
propone a los chicos toda una nueva jerarquía de valores y modelos sociales. Los programas de televisión, las
películas, las publicidades, ya no piensan en “hijos” o “alumnos” sino en
“pequeños clientes” que toman decisiones de compra con autonomía o que
influyen de manera decisiva en la mayoría de los consumos familiares.
LA EDUCACION PARA LOS MEDIOS:
UN SUEÑO POSIBLE
Una de las cosas que más llama la atención, muchas veces, es la falta
de herramientas y estrategias para abordar esta problemática en los distintos
niveles de enseñanza. A pesar de que los medios masivos y la publicidad tienen
un impacto decisivo en la conformación del universo mental infantil, éste
parecería ser un tema que queda por fuera de la competencia de la escuela, que
en general suele mostrarse reticente a dejar entrar abiertamente la cultura
popular de las nuevas generaciones al interior de sus muros.
Ante esta situación, decidimos crear un equipo de trabajo al que
llamamos “Atrapasueños” (conformado por Valeria Dalla Ba, profesora de Nivel
Inicial, y quien les escribe) para desarrollar contenidos educativos relacionados
con la “Educación para el consumo de los medios y la publicidad”. Nuestra misión es hacer visible para
los docentes de todos los niveles, padres de familia y la sociedad en general,
la importancia de implementar -tanto en la escuela como en los hogares- una
educación para el consumo consciente y responsable de los medios y la
publicidad, que brinde a nuestros niños, niñas y adolescentes la posibilidad de
desarrollar una mirada reflexiva, crítica y creativa del mundo que los rodea.
LA PRIMERA EXPERIENCIA EN NIVEL INICIAL
Bien sabemos que los niños y niñas preescolares son muy receptivos a
cualquier estímulo, mucho más que los adultos. Se encuentran en una fase en la
que su curiosidad es la característica fundamental de su comportamiento. Esto
los transforma en ávidos receptores de mensajes estimulantes, coloridos,
kinéticos, impactantes, por lo que suelen quedar fascinados ante la espectacularidad
y dinamismo de los contenidos mediáticos. Los técnicos del marketing y las
agencias de publicidad conocen muy bien estas características evolutivas infantiles
y las explotan al máximo para obtener el mayor beneficio económico, lo que coloca
a los niños y niñas en una posición de vulnerabilidad frente a los mensajes de
los medios y la publicidad. Ellos absorben con entusiasmo y hasta con voracidad
todo lo que el mercado les ofrece, que no son sólo productos de moda, sino
fundamentalmente, identidades, valores y modos de pensar al mundo.
Los chicos comienzan a ser interpelados por el mercado prácticamente
desde la cuna, y mucho antes de que lleguen a la salita del Jardín ya son
capaces de seleccionar y exigir productos específicos. Incluso antes de aprender
a deletrear su nombre, un niño ya ha desarrollado lo que en marketing se llama
“lealtad hacia una marca”, y ya aprendió a “leer” marcas como “Coca-cola”,
“McDonals”, entre otras.
Por ello, consideramos la posibilidad de imitar la estrategia exitosa
del marketing y la publicidad y acercarnos a los chicos lo antes posible, en el
nivel más elemental de su escolarización, con la idea de promover ya en los
niños y niñas preescolares una lectura y recepción crítica de los mensajes con
que los reclama continuamente el mercado.
Así, en el 2010, implementamos por primera vez un programa anual de
educación para el consumo de los medios y la publicidad en nivel inicial, en un
jardín de la Ciudad de Buenos Aires. Todos los días abrimos en la sala un
espacio de expresión para conversar, jugar, debatir y reflexionar con los
niños y las niñas sobre lo que consumen en los medios y la publicidad. De esta
forma podemos conocer cuál es el sentido que le otorgan a ese mundo construido
por la “industria de la cultura”, desnaturalizar la mirada que tienen sobre el
mismo, problematizarlo, proponiendo nuevas perspectivas y nuevas preguntas.
Muchas veces las autoridades académicas e incluso los docentes se
horrorizan con la idea de integrar la cultura mediática en las aulas. Pero lo
que demuestra la experiencia escolar es que, en realidad, la cultura mediática
infantil ya está adentro, desde hace tiempo…
Durante nuestra experiencia cotidiana en la sala, fuimos comprobando
no sólo en qué medida los productos mediáticos y los reclamos comerciales
logran direccionar los gustos de los niños y las niñas, sus preferencias y sus
elecciones, sino también cómo condicionan sus modos de hablar, sus gestos, sus
movimientos, los modos de relacionarse con los adultos y con sus pares. Es común en la sala encontrar, por
ejemplo, que los chicos utilizan palabras que son extrañas a nuestra cultura,
como cuando Gonzalo pide un “emparedado”, o cuando Candela cuenta que está
dibujando “una cometa”, o cuando todo el grupo se ilusiona con la idea de
celebrar “Halloween”.
Durante una clase en la que la docente conversaba con el grupo, les
preguntó: “¿Cuál es el lugar que más les gusta para ir a comer?”. Antes de que
pudiera terminar la pregunta, los niños saltaron de sus lugares al grito de
“¡McDonald´s!”. Entonces, la maestra volvió a preguntar: “¿Por qué les gusta
ir a McDonald´s?” A lo que respondieron casi al unísono: “¡Por las
sorpresas!”, “¡Por los juguetes!”. Y continuó indagando: “¿Y por la comida?”.
“¡Ah, no! Por la comida no, porque hace mal…”, contestó Paloma, mientras el
resto asentía. “Pero me gusta y mis papás me llevan igual”, concluyó. No hay
duda de que esta cadena de comida rápida ha alcanzado un alto grado de
identificación y fidelidad con los más chiquitos (¡y con los más grandes
también!).
Lo cierto es que los valores y los modelos identitarios que propone el
mercado a través de los medios masivos y la publicidad entran a la Escuela
todos los días junto con los chicos. Sólo tenemos que abrir los ojos para verlo. Una vez,
Delfina -una alumna de 4 años-, cuando le tocó ser abanderada, comenzó
espontáneamente a ensayar “el baile del caño” sobre el mástil de la bandera.
Sus compañeritas se mataban de la risa e imitaban los gestos del baile, en el
que parecían ser expertas. Las mochilas, los cuadernos, las hebillitas, las
zapatillas y otros miles de accesorios de “Princesas de Disney Channel” con
los que vienen “empapeladas” las nenas a la escuela, les marcan la pauta estética
y actitudinal de lo que significa ser una mujer.
Los nenes, por su parte, confesaban con fascinación que descuartizaron
un montón de enemigos el fin de semana, cortándole los brazos, las cabezas y
sometiéndolos a un sinfín de torturas extravagantes en la “Play”. Las batallas
de fin de semana se toman una pausa, según cuentan, para pasar por el
McDonald´s, donde el payaso Ronald regala con la “Cajita Feliz” el muñeco
número 25 que completa la colección de monstruos contra los que lucharán con
sus “relojes alienígenas Omnitrix” de “Ben 10”. Dibujos animados, video-juegos,
muñecos, golosinas, figuritas, sábanas y mochilas conforman sólo algunos de los
innumerables productos culturales que pueblan el ecosistema infantil.
Comprobamos, también, que los medios y la publicidad establecen una
clara división de género entre nenes y nenas: los primeros tienen que ser
rudos, fuertes y listos para la acción, mientras que las nenas, por su parte,
lindas, coquetas y serviciales.
EDUCAR PARA EL CONSUMO DE LOS MEDIOS Y LA PUBLICIDAD: UNA TAREA DE
TODOS
La educación para el consumo responsable y crítico de los medios y la
publicidad es hoy un desafío central para la escuela, si quiere formar personas
con capacidad de discernir críticamente los mensajes mediático-comerciales y
no liberar meros consumidores.
Consideramos crucial que estos mensajes puedan ser problematizados en
el aula con los alumnos, cuestionados y contradichos por los mismos niños y
niñas, para lograr impulsar, en su lugar, mensajes que privilegien estilos de
vida más saludables y valores sociales más positivos.
Pero al mismo tiempo, consideramos imprescindible que esta educación
trascienda los muros de la escuela y sea complementada de manera sistemática y
consciente en el interior del hogar, de modo que se logre en forma conjunta
limitar la influencia que ejercen los medios masivos y la publicidad sobre los
chicos.
Por eso, desde “Atrapasueños” proponemos no sólo el programa de
educación para los medios en la escuela y la
capacitación para docentes como
estrategia, sino también un entretenido y dinámico taller para padres al que
llamamos: “¿Cómo administrar el consumo de los medios en casa? Un nuevo desafío
para los padres de hoy.”
A menudo escuchamos decir a los padres: “Esto deberíamos haberlo
sabido antes”, o “si en su momento nos hubieran enseñado todo esto…” Y los
padres tienen razón, no son culpables de esas carencias formativas en el rol de
padres, sino más bien víctimas de unas circunstancias socioculturales.
La propuesta del taller para padres es, por tanto, aportar
conocimientos relacionados con los nuevos desafíos a los que se enfrentan los
padres de hoy que les puedan servir para mejorar su trabajo como tales, y que
les permitan desarrollar en sus hijos una capacidad de juicio crítico que
podrá perdurar toda la vida.
Contacto:
e-mail: edu.mundonuevo@hotmail.com
Web: www.educacionparaunmundonuevo.blogspot.com
Facebook: Educación para los medios
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