martes, 26 de noviembre de 2013

#Noviembre mes de #PreguntasIncomodas


RAZONES PARA CREER QUE  COCA-COLA MATA Y NO  PROMUEVE UN MUNDO MEJOR 

por JESSICA STEKLI 

Este artículo pretende delinear algunos rasgos de la cara oculta de Coca-Cola y el doble discurso de la bebi­da más consumida del mundo. 

 

LA MARCA COCA-COLA
Primeramente, Coca Cola no es sólo una empresa que produce gaseosas. Símbolo del Imperialismo norteame­ricano, llega a todos los países, a excepción de Cuba, Norcorea y Myanmar, y es pionera en desarrollar el mar­keting moderno. Naomi Klein, en su libro No Logo, nos dice que desde los años 80 o 90 las empresas entienden que como Coca-Cola, deben ser vendedoras de significa­dos y no ya meras fabricantes de mercancías. La cons­trucción de la marca es la trascendencia de la empresa, la marca cotiza en Bolsa. La fabricación de productos es entregada a subcontratistas del Tercer Mundo donde la mano de obra es barata y, mediante la aplicación de medidas neoliberales que son impuestas desde las potencias donde se hallan las casas matrices de estas empresas, se asegura que el costo sea el más bajo po­sible. Para maximizar ganancias se necesitan las peores condiciones para el trabajador: trabajo esclavo e in­fantil en los países en que se pueda (ej. El Salvador), persecución y asesinato de trabajadores y sindicalistas (como en Guatemala y Colombia) o trabajo temporal, imposición de la firma de retiro voluntario, nulas pres­taciones sociales e inestabilidad.
En fin, trabajo precario en países como Argentina. Coca- Cola puede apropiarse de reservas acuíferas y contami­nar cuando se le permita como en Argentina, la India, Brasil, México, mientras la policía reprime a los mani­festantes y los encarcela. Los miles de millones de dó­lares que se generan de este modo le sirven a la casa matriz en Estados Unidos para aportar millones en desa­rrollar una mitología corporativa; la marca pasa a ser un estilo de vida, una filosofía, una actitud, un conjunto de valores, una apariencia personal y una idea del mundo que es el verdadero negocio.
 

125 AÑOS PROHIBIENDO SINDICATOS, PRE­CARIZANDO EL EMPLEO Y ASESINANDO TRA­BAJADORES.
Desde sus comienzos, cuando tenían 20 trabajadores y mujeres y niños en plantaciones de algodón, Coca-Cola se negó a la sindicalización de sus obreros y este siste­ma se tomó como modelo a seguir para esta fase del capitalismo en las corporaciones de todo el mundo. El modus operandi hasta la actualidad siempre fue el mis­mo: contratos temporales o hacer firmar despidos vo­luntarios, cerrar la embotelladora, volverla a abrir con otro nombre y sin prestaciones; en ocasiones, dándose de quiebra para dejar a los trabajadores en la calle.
Los únicos que ganan en Coca-Cola son los directivos. Según el accionista Elton Shepherd desde 1983 se han distribuido 1.5 billones de dólares en acciones, 660 mi­llones de dólares repartidos entre tres directivos. Sin embargo, el sueldo óptimo que sugiere Coca-Cola para sus trabajadores poco calificados es de 1 dólar por hora. El presidente de Coca-Cola gana 6.000 dólares por hora. Así, un trabajador colombiano que trabaja desde las 6 de la mañana a las 9 de la noche debería trabajar dos años para ganar lo que el presidente de la compañía gana en una hora.
 

GUATEMALA: ESCUADRONES DE LA MUERTE AL SERVICIO DE COCA-COLA
El abogado de los trabajadores asesinados, Enrique To­rres, en el documental “El caso Coca-Cola”, relata que los asesinatos comenzaron hacia fines de los 70 y siguie­ron en los 80. Primero, los “escuadrones de la muerte” asesinaron al Secretario General del sindicato de tra­bajadores de alimentos. Para que los trabajadores no se afiliaran cada nuevo Secretario era asesinado y así
sumaron cuatro los dirigentes sindicalistas asesinados hasta que disolvieron el gremio. Se cuentan 8 trabaja­dores muertos, sin embargo, se calculan muchos más -con sus familias- que nunca fueron reclamados.
Algunos asesinados dentro de los camiones de Coca- Cola, otros torturados y abandonados dentro de la fá­brica o cerca para “ejemplificar” a los obreros. Coca- Cola nunca se hizo cargo, la franquicia se vendió y los asesinatos cesaron hasta 2006 cuando dos sindicalistas comenzaron a ser intimidados. José Armando Palacios, quien trabajó 27 años para la empresa, comenzó a ser amenazado de muerte tras afiliarse al sindicato SITIN­CA. Irrumpieron en su casa amenazándolo a él y a su fa­milia de muerte, lo despidieron y tras pedir la reincor­poración mataron a un hombre parecido al poco tiempo delante de su casa. Se vio obligado a huir a los EE.UU y su familia se mantiene escondida. José Alberto Vicente Chávez había sido un líder sindical reconocido durante los 90. En 2008, tras una negociación de trabajo colec­tiva y volviendo a su casa, hombres armados atacaron a su familia; su hijo y sobrino fueron asesinados y su hija fue violada. Por el boicot internacional a Coca-Cola fue­ron asesorados para llevar el caso a una corte de Nueva York que fue presentado en 2010.
 

EL SALVADOR: EL AZÚCAR DE LOS PRODUC­TOS DE COCA-COLA ES ELABORADO POR NI­ÑOS DE 8 AÑOS
Según el informe de Human Rights Watch realizado en­tre 2003 y 2007 de 5.000 a 30.000 niños y niñas sal­vadoreños, algunos de tan sólo 8 años de edad, están trabajando en las plantaciones de caña de azúcar. Las niñas se ocupan principalmente de ir sembrando caña detrás de un tractor, la máquina no para y las niñas y mujeres cultivan por día 7000 metros (el equivalente a una cancha de fútbol). Los niños trabajan en la cosecha de caña de azúcar desde los 8 o 9 años, los machetes y demás herramientas cortantes y pesadas suelen las­timarlos ya que no tienen la destreza ni la fuerza ne­cesarias y deben trabajar muy rápido. Suelen llenarse de tajos en piernas y pies y rebanarse dedos, según las maestras que dicen tristemente que los niños dejan de estudiar porque los contratan en horario escolar. Como el trabajo es en negro y cuesta 2 dólares ir al médico, siguen trabajando y suelen infectarse.
El polvillo que libera la caña causa daños irreversibles. Tras el informe, Human Rights Watch intimó a Coca-Cola por explotación infantil y no respetar los derechos del  Niño. Coca-Cola, mostrándose insensible ante las fotos de niños mutilados por el uso temprano de machetes, respondió que ellos no tienen responsabilidad sobre los problemas laborales del Salvador, solo le compran a un ingenio azucarero. Nuevamente, a través de la subcon­tratación, justifican violar los Derechos Humanos, los Derechos del Niño, las Convenciones Internacionales y la legislación del Salvador para comprar azúcar barata.
 

ARGENTINA: MUERTES POR TRABAJO PRECA­RIO, DESPIDOS VOLUNTARIOS, CONTAMINA­CIÓN DEL RIACHUELO
En Argentina las condiciones laborales son las mismas. El Partido Socialista de los Trabajadores (PTS) y el Ce­prodh (Centro de Profesionales por los Derechos Huma­nos) apoyaron la lucha contra la patronal de la embote­lladora Femsa Buenos Aires para poder sindicalizar a los obreros. Los trabajadores eran obligados a desafiliarse del sindicato como condición para entrar en la empre­sa, donde no se contemplaba antigüedad, se los hacía trabajar domingos, feriados y horario nocturno sin com­pensación y además eran despedidos sin indemnización ni justificación ante la sospecha de querer sindicalizar­se. El sistema era vigilarlos con cámaras ocultas.
En Argentina, Coca-Cola y Sprite son las más consumidas y luego de México, las que más ganancias le dan a Fem­sa, embotelladora que resistió 15 años la sindicalización de los trabajadores en Buenos Aires, la que compró las embotelladoras de Guatemala y Colombia. La misma que en México contamina, en Buenos Aires también sa­quea el agua gracias a la privatización menemista de las aguas y contamina el Riachuelo con desechos tóxicos mientras nosotros pagamos con impuestos su limpieza y terminamos comprando su agua envasada para niños y bebés por la cantidad de cloro que tiene el agua co­rriente que ellos mismos llenan de tóxicos. Un círculo vicioso en el que siempre perdemos.
Coca-Cola tiene 146 plantas embotelladoras y enlatado­ras en todo el continente y 76 diversas sociedades de embotellamiento. Hasta la fecha no subvenciona planes para entregar tratamiento médico para los 100.000 tra­bajadores del “sistema”, los cuales generaron, sólo en el 2001, una ganancia de 261 millones de dólares en in­gresos netos sobre 621 millones de dólares en ventas.

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5 comentarios:

  1. Mirá sobre trabajo precario me parece que estás equivocado. Yo trabajé en Cocacola aunque no en Femsa, sí en Edasa y las condiciones salariales y laborales eran las mejores que he experimentado (aunque el contrato era por unos meses) . Ojo no estoy criticando otra cosa más q esa del articulo. Abrazo

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    1. Agustín, de eso se trata la precarización entre otras cosas. El deterioro en la calidad de vida del trabajador, dentro y fuera del trabajo es precarizarlo, en tu caso a traves de un contrato basura, como son los contratos temporales.
      Saludos y gracias por tu comentario.
      Jose

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  2. Nunca más en mi vida vuelvo a tomar una coca, sprite o lo que sea. Muchas cosas no puedo hacer para detener todo esto, asi que creo que mi mejor contribución es dejar de consumir esa porqueria :3

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  3. Comparto con vosotros un artículo sobre la lucha de Coca Cola Fuenlabrada (Madrid) que he escrito en nuestra revista #Contracorriente del Estado Español, y en la que cito el muy buen trabajo de denuncia de Jessica. Saludos
    http://clasecontraclase.org/Fuenlabrada-la-ultima-trinchera

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