viernes, 27 de septiembre de 2013

Software Libre: hacia el Socialismo del siglo XXI



por MADI ELORZA


El gobierno venezolano impulsa medidas que apuntan a favorecer la producción colectiva y parti­cipativa de alternativas al software privativo para ser empleadas en la Administración Pública.
Diciembre de 2002 encontró a Venezuela enfren­tando uno de los momentos más críticos de los úl­timos años. La modificación de la distribución de la renta petrolera y la nacionalización y reestruc­turación de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), realizadas por el entonces presidente Hugo Chávez, provocaron el estallido de los sectores venezola­nos más conservadores. Opositores al gobierno de Chávez, en articulación con representantes de intereses estadounidenses, convocaron a los tra­bajadores del petróleo a adherir a un paro en las actividades, deteniendo la producción y los buques transportadores. La maniobra entrañaba claras in­tenciones desestabilizantes y tenía como objetivo principal lograr poner fin al gobierno de Chávez.

Uno de los papeles centrales en el sabotaje fue desarrollado por Informática, Negocios y Tecnolo­gía, S.A. (INTESA), empresa que proveía entonces los sistemas informáticos y de automatización uti­lizados en PDVSA, conformada además en un 60% por acciones estadounidenses. Durante el conflic­to, INTESA manipuló las claves de seguridad que permitían acceder al sistema y a los datos de la empresa, evitando que los trabajadores que no se plegaron al boicot pudieran ingresar al sistema y lograran así reanudar el trabajo y reactivar las válvulas y los sistemas de llenado.

Es imposible entender el desarrollo que ha teni­do lugar en Venezuela en relación a la Soberanía Tecnológica y el Software Libre por fuera de este conflicto. El sabotaje puso en relieve el rol central de la tecnología y, particularmente, del software, a la hora de disputar y fortalecer la Soberanía Na­cional. Este hecho no escapó al conocimiento del gobierno venezolano, el cual promovió, a partir de entonces, diversas medidas para la generación de sistemas informáticos nacionales desarrollados bajo Estándares Abiertos.
El pilar de este nuevo proceso fue el Decreto 3.390, emitido el 23 de Diciembre de 2004 por el presidente Chávez, el cual establece oficialmente el empleo prioritario de Software Libre en todos los órganos de la Administración Pública venezo­lana, así como la promoción de su uso en todo el país. Como parte de esta nueva política, se asignó al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación la tarea de desarrollar un sistema operativo público. El resultado fue el Canaima, distribución venezo­lana de GNU/Linux, destinado a ser implementa­do tanto en la Administración Pública como en las computadoras del Proyecto Canaima Educativo, el cual distribuye computadoras portátiles a todos los niños en edad escolar. Otra estrategia empleada consistió en el desarrollo de plataformas virtuales que permitieran que organizaciones comunitarias, ciudadanos y militantes del Software Libre partici­pen de forma colaborativa en el desarrollo de sus propios sistemas informáticos para satisfacer las necesidades específicas de los usuarios.
A pesar de estos avances, sin embargo, el proce­so de migración del software privativo al sistema abierto aún no ha sido completado. Diversas orga­nizaciones venezolanas vinculadas al movimiento de Software Libre se han manifestado disconfor­mes con el insuficiente grado de cooperación del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Lo cierto es que el éxito en la implementación de este nuevo modelo plantea dificultades y depende de diversos factores, entre los que se encuentra la aceptación y predisposición de los usuarios a implementarlo -lo cual, como en todo proceso de transforma­ción, encuentra resistencias- y, en igual medida, el acompañamiento de los órganos gubernamen­tales en el proceso y el incentivo constante en investigación e innovación.

La implementación del Software Libre responde a la decisión política del gobierno de desarrollar un recurso estratégico clave. En lo económico, apun­ta a fomentar la industria y aumentar su compe­titividad, tanto en la producción de aplicaciones listas para utilizar como en la oferta de servicios de mantenimiento y soporte técnico, instalando así un nuevo modelo de negocios, orientado a ser­vicios. El objetivo es lograr verdadera indepen­dencia tecnológica y una transformación cultural que permita ejercer soberanía sobre la informa­ción estratégica para el pueblo venezolano e im­pida que se repita un sabotaje como el que tuvo lugar durante el paro del petróleo.

En Venezuela se asiste a la reivindicación de la fi­losofía del Software Libre como una filosofía para la liberación, la democratización del conocimien­to y del acceso a la información. Como una forma de construir el Socialismo del siglo XXI.

Se cristaliza, en definitiva, una concepción –al­ternativa a la concepción capitalista- acerca de cómo debe ser el desarrollo socioeconómico: la adquisición de la soberanía -en este caso, la tecnológica- no debe darse de cualquier forma, sino que, necesariamente, será el resultado de la puesta en práctica y el desarrollo de tecnologías libres, y de la construcción colaborativa, partici­pativa y colectiva de conocimiento.



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