miércoles, 18 de septiembre de 2013

Alimentos: Soberanía y Seguridad



por GUILLERMINA VERONESI

En esta oportunidad, nos abocamos a desmembrar dos términos que, con mucha frecuencia, han sido conside­rados sinónimos, cuando en realidad uno integra al otro: Seguridad y Soberanía Alimentaria.

En un primer momento surge el concepto de Seguridad Alimentaria, que incluye 4 dimensiones: la Disponibi­lidad de alimentos (años ´80), el Acceso a los mismos (años ´90), la Utilización por medio de una alimenta­ción adecuada (año 2000) y la Estabilidad de los alimen­tos como garantía de un flujo constante con el paso del tiempo. Luego, en una visión más integral, al situar el problema alrededor del compromiso político y las polí­ticas públicas, el concepto se refuerza y se postula que debe garantizar 3 condiciones: Autonomía (producir los alimentos básicos que se consumen); Sustentabilidad (el modo de producción no debe comprometer la producción futura); Equidad (verificar el acceso digno de todos a los alimentos adecuados). Se trata de un concepto en cons­trucción que gradualmente se va complejizando a partir de nuevos conocimientos, del análisis de sus determinan­tes y del surgimiento de nuevos problemas o retos a nivel mundial y regional.

A partir del desafío de garantizar alimentos para todos, de manera sustentable y cuidando los recursos materia­les, nace el concepto de Soberanía Alimentaria como aporte de la Cumbre Mundial de la Alimentación (Roma 1996) de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura), efectuando un cambio histórico en el enfoque prevaleciente sobre hambre y alimentación, y pretendiendo diferenciarlo del concepto de Seguridad Alimentaria (acuñado históricamente por el anterior or­ganismo).

En su definición, la Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, pesqueras, alimentarias y de tierra que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias únicas. Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a producir los ali­mentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho a una alimentación sana, nutritiva y cultural­mente apropiada, y a la capacidad para mantenerse a sí mismos y a sus sociedades (Junio 2002, Foro de ONG/OSC para la Soberanía Alimentaria, Roma).

La diferencia más sustancial es el punto de partida y la concepción de persona, ya no pensada como beneficia­rios o sujetos con necesidades que deben ser asistidas sino como sujetos de derechos, titulares de derecho a prestaciones y conductas.

Asimismo, la Soberanía Alimentaria es la respuesta para construir un nuevo modelo alimentario, que rompa la ac­tual agricultura industrial globalizada que desde hace ya muchos años ha perdido su propósito inicial de ser un medio de vida y proveer alimentos a la población.

Propone retomar una agricultura ligada a la tierra, res­petando ritmos y necesidades, entendiendo que somos parte de la naturaleza, por lo cual ésta no es un recurso a explotar. La idea y objetivo concebidos desde este pa­radigma es ganar todos y no solo unos pocos, ya que la Soberanía Alimentaria reprocha, por ejemplo, la impor­tación de alimentos baratos o las donaciones de los paí­ses ricos, que muchas veces generan efectos negativos en la producción y en la población rural de los países su­puestamente “beneficiarios” de la “ayuda”, haciéndolos dependientes de ésta.

Dos puntos fundamentales a destacar desde el concepto de Soberanía Alimentaria: la defensa de la salud, dado que la agricultura campesina aporta mejores alimentos desde el punto de vista nutritivo, y el enfoque de género resaltando a las mujeres en esta lucha, poniéndolas en igualdad de condiciones respecto de los hombres.
¿Querés saber más sobre la Soberanía Alimentaria? No dejes de ver la Edición N° 6 de Revista ProyectoAire.



VALORES AÑADIDOS DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA:



Asegurar la dignidad y las formas de vida del campesinado.
• Ser proveedora de alimentos sanos y de calidad.
• Permitir a las pueblos campesinos empobrecidos del Sur retomar su vida con dignidad, erradicando el hambre y la pobreza.
• Ayudar a la incorporación creciente de personas a la actividad agraria.
• Ser motor de una nueva economía social, relocalizada y sostenible; fuera de los movimientos especulatorios y financieros.
• Mantener prácticas agrarias y alimentarias que aseguran la salud del Planeta.
• Desarrollar y fortalecer las alianzas entre organizaciones que luchan por un mundo rural vivo, además de crear vínculos entre la población agraria y urbana.
• Recuperar conocimientos campesinos y de la cultura alimentaria de todos los pueblos.
• Asegurar un Planeta rico, con biodiversidad de especies animales y vegetales.

Lee el nro 9 de Revista Proyecto Aire!


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