Por Diana Carolina Aconcha Diaz para Fundacion Universitaria del Area Andina
A lo largo de la historia, la moda ha respondido social, política
y culturalmente a los acontecimientos más representativos del entorno global, asumiendo papeles que le permiten describir, manifestar, exaltar, reflejar y simbolizar diferentes aspectos de la comunidad en general y del individuo en particular, creando estereotipos y rompiendo con los mismos para darle apertura a los diferentes espacios de consumo que se van desarrollando en la sociedad contemporánea.
A lo largo de la historia, la moda ha respondido social, política
y culturalmente a los acontecimientos más representativos del entorno global, asumiendo papeles que le permiten describir, manifestar, exaltar, reflejar y simbolizar diferentes aspectos de la comunidad en general y del individuo en particular, creando estereotipos y rompiendo con los mismos para darle apertura a los diferentes espacios de consumo que se van desarrollando en la sociedad contemporánea.
En el mundo
de la moda, los diferentes procesos creativos son reflejados por medio de una
de las herramientas de marketing más poderosas del sector: “la pasarela”.
Ésta se
manifiesta como espacio de difusión, divulgación y extensión, tanto de las
diferentes propuestas que se gestan a lo largo del proceso de diseño, como de las
estéticas predominantes del momento. Son precisamente estos espacios donde
empiezan a modificarse los imaginarios sociales.
En el año 2009, las pasarelas de la Semana Internacional de
la Moda en Bogotá, daban apertura a diversos espacios nacionales e
internacionales, exhibiendo propuestas que reflejaban las últimas tendencias de
la moda y las estéticas más representativas del momento; puestas en escena
memorables que lograban captar la atención de compradores y medios. Fue
precisamente a través de una pasarela académica y por medio de la Secretaría de
Desarrollo Económico, en el marco del programa de gobierno “Bogotá Inclusiva”,
donde jóvenes diseñadores y nuevas promesas del modelaje causarían impacto
rompiendo con los esquemas de las pasarelas tradicionales.

La propuesta transcendió a nivel internacional y se ratificó como espacio vital en el marco de la Semana Internacional de la Moda, pero más allá de eso, generó espacios de participación, de trabajo, de apertura, de expresión y de capacitación en donde los sectores textil/confección, diseño y moda empezarían a plantear proyectos desde la perspectiva de los derechos de la comunidades y desde su reivindicación como personas laborales en el medio.
El antes y
después de la pasarela ha sido notable, no solo se dio visibilidad al segmento
de mercado que representa la comunidad transgenerista, también se empezaron a
desarrollar estudios que dieron respuesta a diferentes requerimientos y
necesidades de la población Trans. La indumentaria exhibida en la pasarela
dejaría de transmitir hiperfeminidad para satisfacer necesidades ergonómicas
del consumidor y estéticas en cuanto a su proceso de visualización en la
sociedad en general.
No hay comentarios:
Publicar un comentario