jueves, 13 de diciembre de 2012

Una mirada astrológica sobre la Soberanía Alimentaria


Por Lu Gaitan
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La producción de alimentos y la Astrología están vinculadas intrínsecamente. Fueron los primeros pueblos, que se asentaron en tierras y comenzaron a producir sus alimentos, quienes desarrollaron este sistema de conocimientos que vincula la Tierra y el Cielo en perfecta correspondencia y unidad. Para la Astrología, el tiempo refiere a ciclos, a secuencias infinitas de distintas cualidades. Características que se repiten de manera sucesiva en periodos cortos o largos, no importa. Para ilustrar esta noción del tiempo, lo mejor es observar las estaciones y los cambios que traen. Cada estación permite ciertas actividades pero no otras, cada estación nos provee de distintos alimentos. Cada estación tiene su cosecha; el tiempo está ligado a una cualidad.
Así como la cosecha no solo depende de la sucesión de estaciones sino de la semilla que se ha colocado en la tierra, en este momento de transición de la humanidad, entre el final de la Era de Piscis y la puerta abierta para la entrada en la Era de Acuario, nada está garantizado, nada puede predecirse. Piscis es energía asociada a la compasión, el amor, la bondad, el sacrificio, y su arquetipo más representativo es Jesús, el pescador, y comenzó, precisamente, con el inicio de la era cristiana. Se trata de una energía de naturaleza dual, energía que hemos escindido de nuestra realidad cotidiana y que hemos relegado a espacios de espiritualidad pura (misas, ceremonias religiosas, ashrams, templos, etc.), viviendo una cotidianeidad práctica, realista, material, resentida, consumista, violenta y cruel. Acuario, por su parte, es energía de cambio permanente, de circulación, de intercambio, de creatividad, de ciencia. Internet y la circulación gratuita de información en grandes volúmenes es expresión de este proceso cósmico. Acuario nos regala la sabiduría de que todo es energía y funciona de acuerdo con leyes naturales. Estas leyes existen dentro y fuera del hombre. Los cambios están ahí, dispuestos a ser vistos.
El debate en torno al derecho a la Soberanía Alimentaria se inscribe en este marco de revalorización de prácticas no invasivas en la producción de alimentos, donde se respeten los ritmos y los ciclos de la Naturaleza. Que las bases sean la mutua colaboración y la solidaridad, ambas características de la energía acuariana, la energía del nuevo tiempo. Que esa energía amorosa circule dentro y fuera de nosotros, que una Cielo y Tierra. Conscientes de que somos del planeta y no al revés. Si insistimos en conservar la producción de alimentos tal y como la conocemos, el resultado será un mayor sufrimiento.
Se trata de un momento de la humanidad en que el cambio no puede permanecer en el mundo de las ideas sino que debe expresarse. Que sea asunto de todos los días, que sea el patrón de pensamiento que genere nuevos hábitos. Vivir la energía de Acuario, de eso se trata. Esta Era entrante puede regalarnos creatividad, solidaridad, amor en circulación permanente. Puede desarrollarse una conciencia que vaya más allá de lo personal, a sabiendas de que nada de lo humano nos es ajeno.
En otro escenario posible, el de nuestro presente sostenido a largo plazo, haríamos culto a la tecnología, la superficialidad, la productividad, la reducción de costos, la importación de productos, la dependencia de lo externo. Convertidos en autómatas, trabajando como insectos, como robots, completamente alejados de nuestra esencia creadora y creativa-amorosa. Acuario, signo de aire, puede intensificar la separación de la que estamos presos, desde lo más grande, a lo más pequeño.
Una separación en la que la producción de alimentos y la nutrición, lo local y lo global, el cuerpo y la mente vayan por vías distintas y antagónicas. Volvernos conscientes de los alimentos que ingerimos, su procedencia y producción, tiene que ver con desandar este camino de disociación de ambas dimensiones. Si esto no cambia, podremos observar un colectivo humano con alto desarrollo mental pero con cuerpos rígidos y poco sutilizados a las realidades vibratorias, presos del hechizo narcisista y el egoísmo. El derecho a la Soberanía Alimentaria, por el contrario, sostiene que la producción de alimentos debe estar ligada a la tierra, sus ciclos y ritmos. A sabiendas de que la Naturaleza no es subsidiaria del hombre.

La energía de Acuario invita a rechazar la apropiación de aquello que es de todos, aquello que solo puede ser disfrutado si no está en manos de unos pocos grupos empresariales, incluso cuando recibe el aval de organismos internacionales. Solo aquello que esté disponible para el disfrute del colectivo, circulando y sin ser propiedad de nadie en particular tendrá el talento para sintetizar, a escala personal, la mente y el corazón, esa fuerza pujante que nos conecta con la vitalidad y la alegría de vivir.

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