jueves, 19 de junio de 2014

La defensa no es una cuestión de fuerzas sino de derechos



Por José Muñiz

Sonia Winer es investigadora del CONICET, Doctora en Ciencias Sociales (summa cum laude), Políticas Públicas de Seguridad y Defensa, y la entrevistamos para que nos brinde una visión del contexto local e internacional en la temática de la seguridad . Su gran experiencia en la materia nos posibilitó el acceso a un entendimiento más acertado sobre la complejidad de la temática.

Damos paso a su testimonio, a su sapiencia, donde sin gambetas a la lógica digital de lo  binario, nos plantea el relato dominante del terrorismo, los carteles y los superman; y el correlato, el de la realidad, el de la seguridad supeditada a los derechos humanos. Es decir dos crónicas: uno, de búsqueda de paz y otro, que en nombre de la paz, hace la guerra.

Cuando hablamos de seguridad, de sus patrones estructurales, lo primero que puede vislumbrarse es lo que está en la superficie: el anfetamínico efecto del discurso mediático-político dominante y el meta discurso, un escalofriante relato del consumo crudo y descarnado, selectivo, excluyente, el que promueve la óptica del estigma y la acción punitiva por compulsión.

En esta búsqueda del sentido y el contrasentido en el que marchan, las distintas configuraciones que importan (de importación) a nuestras mentes bajo el concepto de Seguridad y la Inseguridad, accedimos a lo que pareciera ser la configuración que resuelve la lectura de este complejo pentagrama del terror: “la seguridad en el marco internacional es una puja entre discursos que pueden reforzar o hacer tambalear la soberanía política de las naciones. Es decir, comprender este aspecto en el marco internacional es un equivalente análogo al dime con quién andas y te diré quién eres”.

En este contexto, quien tiene el ejercicio de la lectura política, sabrá que el mismo no es más que una obviedad; no obstante ello, para quienes el acceso a esta lectura no es tal, podría  abandonar la lectura aquí bajo la sospecha de una conspiración o paranoia más.

La defensa global

De acuerdo con la entrevistada, “existe en la actualidad,  una disputa entre poderes hegemónicos a nivel global de los considerados “Estados imperialistas”, los cuales se encuentran dominados por  los intereses de las grandes corporaciones o agencias que buscan, en definitiva, debilitar el poder político. Éstos han comprobado que si se construye un poder político hegemónico que imponga una visión global de la seguridad internacional, la cual busque potenciar el consumo de mercancías y esa alienación que genera el consumo de mercancías,  y que  es funcional a la ganancia  y a los grandes intereses del capital, al sostén de la tasa de ganancia”.

Por otro lado, “buscan instalar una concepción global de inseguridad internacional, ya que al hablar de defensa, habilitan el actuar de acuerdo a su injerencia, pasando así por encima de los derechos soberanos de cualquier ciudadano de la nación en cuestión, atravesando así los derechos humanos que le corresponden”.

“Es dable considerar que una  de las características de los DDHH es que éstos son internacionales. Esta premisa iría en contra de  la restricción de los derechos ciudadanos nacionales, ya que  los poderes globales tienen el objetivo de de “desciudadanizar” a la población debilitándola en el uso de sus facultades ciudadanas, habida cuenta que la definición de “ciudadano” puede variar de una nación a otra de acuerdo a quienes considere, esa nación, parte de la ciudadanía.”

Para ampliar estas nociones, Argentina, por ejemplo, suscribe al concepto de Seguridad definido por la ONU: el concepto de SEGURIDAD INTEGRAL basado en garantizar los derechos humanos básicos como todo principio de seguridad.

“Es por ello, que en nuestro país, desde el Ministerio del Interior, la intención de la gestión se centró en abordar las cuestiones de seguridad desde una concepción integral de seguridad, tomando como eje, la propuesta  de la Naciones Unidas.
EL contrapunto de esta concepción de la seguridad es el existe en América Latina la convicción “que es el que quiere imponer el comando sur en todos los países  de la región:  seguridad y narcotráfico utilizados como una excusa para habilitar la injerencia de Estados Unidos bajo el supuesto argumento de que nosotros  tenemos estados fallidos, porosos, bajo ciertas zonas o áreas territoriales en las cuales el estado no logra garantizar su control.” Expresó Sonia Winer, en base a los testimonios  que resultan de sus investigaciones.

Siguiendo en esta línea de exposición,  “el argumento que utiliza Estados Unidos para financiar una serie de planes y programas de seguridad ciudadana y el argumento que declaran para instalar bases de la DEA en distintas ciudades que consideran estratégicas, es el de controlar los flujos legales e ilegales de mercancías (drogas, personas e información) generando una cierta percepción de la sensación de inseguridad entre la población local lo cual se ve potenciado mediante relatos de académicos y medios de comunicación.  Esta percepción de la sensación de inseguridad,  no quiere decir que no existan delitos penales, si no que  lo que, desde su visión,  buscan estas naciones, es evitar la intervención de la justicia local, generando así zonas de “no derecho”, similares a territorios como Guantánamo”.

Los golpes del siglo XXI

Gene Sharp es un actor clave en la configuración del mapa de conquistas actuales del imperio. Albergado en el Albert Einstein Institute (facultad de ingeniería de la perversión y el cinismo del mundo actual) investigó la resistencia pacífica como manifestación frente al monopolio de la violencia durante las dictaduras latinoamericanas, las cuales en la década del 70 inundaron de sangre y horror sus respectivos países. Sharpde tendencia neoliberalista,  centró sus estudios en los movimientos sociales (como el de las “Madres de Plaza de Mayo”, Argentina) y volcó los resultados en una tesis titulada “la teoría de la resistencia no violenta”. Actualmente apoyado por  la CIA, dicta cursos a los lazarillos dispuestos a librar batalla en aquellos países en los que Estados Unidos no es un aliado. Su obra puede verse ejecutada en Honduras (derrocamiento de Zelaya), Paraguay (derrocamiento de Lugo) y en la actual intentona golpista en la República Bolivariana de Venezuela de la mano del socio local Henrique Capriles.

La estrategia se centra en romper el tejido social por medio de la instalación del miedo: “El sistema tiene 138 formas de hacer un golpe de estado, una de ellas es la guerra de calles, tomar la calle para destruir un gobierno que no es afín (a través de la conducción de movilizaciones, pero que están avaladas y montadas por agentes de Estados Unidos).

Por otro lado, buscan evitar la organización de los grupos generando una organización ilegítima, para lo cual es necesario sembrar pánico social, elevar los niveles de estrés y angustia que le impida al individuo proyectar,  y pensar en un proyecto de vida, y hasta en un proyecto político. Se busca que los individuos solamente consideren las cosas instantáneas, para que desplace el estrés, el deseo, hacia la adquisición de cosas y hacia la inmediatez. Rompen con el eje conectivo de las personas, lo llevan a una permanente instantaneidad, generan un nivel de más consumo y se potencia entonces la venta de mercancías.

Por un lado, se desactiva la potencial insurgencia que podría ocurrir entre algunos sectores de la población y al mismo tiempo,  se fortalece el mercado, en virtud del aumento de la adquisición de mercancías. Estas afirmaciones se encuentran basadas en estudios psicológicos realizados por el Pentágono, donde además se investiga la cultura estratégica de cada pueblo y se arman las campañas en torno a alguno de esos elementos características, para luego montar sobre esto la subjetividad del miedo.”

No tardan en llegar las contextualizaciones y de ellas emerge un aliciente racional a tanta irracionalidad televisiva y cultural: “la sensación de inseguridad” donde el aparato mediático trabaja para infundir miedo, habilitando así la construcción de una subjetividad que moviliza y descontrola, que incrementa el estrés, y a su vez eleva el consumo.

En el marco de esta situación, Winer afirma que “cuando una persona ve en la televisión siempre lo mismo, y luego experimenta  algún tipo de delito, piensa ‘ahora que me paso a mí hay que solucionarlo, hay que subir las penas, matar a los delincuentes, no respetar los DDHH, etc’. De alguna manera, entre la influencia de los medios y su propia experiencia tiene el diagnóstico de un conflicto, y por ende, la solución. De esta manera, al utilizar aspectos de la vida cotidiana de cada país, que cualquier individuo pueda vivenciar, se va construyendo una subjetividad afín a las convicciones iniciales.”

Así, en esta compilación de sucesos que parecieran salidos de un libro de ciencia ficción política, se puede empezar a desprender alguna conclusión a los fines de esclarecer el panorama.

Los delitos y homicidios en el arco mediático son preeminentes, la cobertura y la alta y explicita rotación del mensaje devuelven al espectador el denominado fenómeno de la "sensación de inseguridad", es decir que si bien la inseguridad existe, la sensibilización que transitan las individuos orbita en la construcción subjetiva que desarrollan los medios de comunicación.

¿Quiénes digitan detrás de esta estructura del miedo?


Son los grupos económicos globales a través de sus sociedades, políticos y otras organizaciones sociales que tienen fines comerciales y políticos, en tanto los gobiernos no acaten los lineamientos políticos impuestos desde el concentrado poder imperial de los Estados Unidos.

Es necesario destacar que atentar contra lo más sensible de una nación, sólo puede forzar a ceder el paso en las vicisitudes que el poder dominante exige y detenta. En este sentido Winer apunta: “El futuro que se prevé de seguir en esta línea, es tener una red mafiosa infiltrada en rutas estratégicas y en zonas estratégicas del mundo, donde, si surge un gobierno que no es afín a sus convicciones, lo puedan desestabilizar y golpear,  gestionando el desorden,los territorios, las poblaciones y las rutas estratégicas y los recursos. Entonces no sólo piensan en función de países, sino en función de territorios”

Colombia y Paraguay, en ese orden, han sido reflejos de la implementación de esta estrategia, Panamá lo fue mucho antes y Bolivia logró despojarse parcialmente de los distintos intentos norteamericanos de someter esos territorios a la voluntad de la DEA y posteriormentela CIA,

de poseer el control de los cultivos y así volver permeables, lentamente, las instituciones de la democracia, que podrían representar un inconveniente en el avance hacia el dominio de los recursos que los Estados Unidos entienden como estratégicos para el sostenimiento de su andamiaje Político y Económico.

“La tendencia jurídica argentina es contraria a la que se quiere imponer en el resto de la región.

Aunque no sea un objetivo de la doctrina jurídica ser anti-hegemónico, en los hechos y en la práctica, lo es y molesta, porque va exactamente en contra de lo que buscan imponer.

Esto mismo ocurre en materia legislativa ya que justamente habla de defensa nacional y delimita la política exterior de la interior, y la reglamentación de la ley de defensa nacional que además inhabilita a las Fuerzas Armadas a luchar contra las nuevas amenazas transnacionales: el terrorismo y el narcotráfico.

En conclusión, lo  que se busca es generar escenarios al gobierno nacional en los cuales se desarrolle  un clima a partir de instalar un tema como el narcotráfico, intensificando estas figuras, por ejemplo con las series de televisión, donde los personajes principales son narcotraficantes, dirigentes políticos que salen a hablar del tema de la ley de derribo del narcotráfico. El camino que se recorre se inicia instalando  en la agenda nacional un tema, para luego después llevar al gobierno a considerar su legitimidad política y que éste en definitiva se vea obligado a dar por tierra con estos instrumentos que llevaron tanto años construir. Hay una búsqueda de una imposición de una doctrina global y espacios de  resistencia, que pueden ser nacionales o internacionales, pero que en este momento más que a la ofensiva, están a la defensiva.”





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