La
Costurera es una empresa social cuyo objetivo es articular redes de talleres
textiles libres de trabajo esclavo, bajo los valores del comercio justo.
Roi
Benitez, una de sus fundadoras, nos cuenta cómo es posible desarrollar modelos
productivos alternativos que fomenten la inclusión social, sin perder la
rentabilidad ni el respeto por la dignidad de las personas.
¿Cómo nació el proyecto?
La Costurera nace de la mano de Leticia (mi madre), una
obrera costurera que perdió la audición a los 25 años, luego de trabajar
durante años en una importante fábrica textil sin regulación ni control del
ruido generado por las máquinas de coser que utilizaba. Junto a ella decidimos
crear una empresa social para nuclear a
personas que sufrían la misma problemática. Al equipo se sumó Ayelen, mi
hermana menor, que es estudiante de Sociología; Daniel, que coordina toda la
logística de los pedidos; y Rosana, que colabora en la parte comercial.
La Costurera surge como atenuador del manejo
desconsiderado del segmento textil, actuando como interfaz entre los distintos
actores del proceso productivo. Se propone mejorar los espacios de trabajo y el
desempeño de los colaboradores costureros que la componen, con capacitación y
fortalecimiento de sus habilidades, contribuyendo a su formalización y
crecimiento. Propone desarrollar nuevos espacios de inclusión social, en
articulación con organizaciones que comparten su misión social.
La Costurera es un proyecto que amplía libertades desde la creación de oportunidades concretas, reales, integradoras. Si ampliamos libertad, ampliamos desarrollo como indica Amartya Sen.
La Costurera es un proyecto que amplía libertades desde la creación de oportunidades concretas, reales, integradoras. Si ampliamos libertad, ampliamos desarrollo como indica Amartya Sen.
Actualmente La Costurera articula trabajo con
microemprendimientos textiles. Buscamos espacios de trabajo que entiendan
nuestro concepto y permitan el trabajo conjunto. El dar trabajo es solo un
eslabón de todo el proceso, ya que lo que se busca es empoderar a estos
sectores, con capacitación y fortalecimiento de sus habilidades individuales y
colectivas, trabajando la problemática de cada espacio, buscando que estos
espacios salgan de la singularidad para trabajar en un proyecto colectivo,
integrador.
Hoy nuestra red integra a 4 talleres que agrupan a más de
50 personas y empieza a suceder que son las propias cooperativas las que nos
escriben y buscan sumarse a la red. Es señal de un aire de cambio.
¿Qué significa ser una empresa denominada
“del Cuarto Sector”?
Definimos el Cuarto Sector como un “mash-up” entre una
empresa privada y una ONG.
Buscamos resolver una problemática social y ambiental, utilizando mecanismos de mercado, aportando a una economía distinta, integradora y multidimensional, una economía que prima la otredad y construye en y desde la otredad. El cuarto sector propone crear productos y servicios que mejoren la calidad de vida de las personas y el planeta, contribuyan al desarrollo de una economía distinta, una “etieconomía” (J.Melé), que favorezca el consumo responsable y maximice el beneficio para todos los involucrados en el proceso.
Buscamos resolver una problemática social y ambiental, utilizando mecanismos de mercado, aportando a una economía distinta, integradora y multidimensional, una economía que prima la otredad y construye en y desde la otredad. El cuarto sector propone crear productos y servicios que mejoren la calidad de vida de las personas y el planeta, contribuyan al desarrollo de una economía distinta, una “etieconomía” (J.Melé), que favorezca el consumo responsable y maximice el beneficio para todos los involucrados en el proceso.
¿Cómo se sostiene económicamente el
proyecto?
Las fuentes de ingreso de La Costurera están conformadas
por los siguientes productos y servicios:
Una línea
productiva, a través de la cual ofrecemos servicios integrales de
confección textil mediante el trabajo gestionado en talleres libres y
periféricos de producción en red. Ofrecemos una solución integral a empresas
medianas y grandes que necesitan canalizar su línea productiva, enfatizando la
trazabilidad ética de ese proceso.
Planeamos desarrollar una herramienta digital que permita
que nuestros clientes puedan comunicar la transparencia de su proceso
productivo y generar, de esta manera, conciencia colectiva sobre la importancia
de conocer la historia que llevan detrás los productos textiles.
También ofrecemos un servicio
de consultoría, por el cual brindamos asesoramiento integral en materia de
desarrollo de productos y cadenas productivas éticas y sustentables. Trabajamos
este espacio con organizaciones referentes en materia de Responsabilidad Social
Empresarial para que toda empresa textil pueda reformular sus procesos en pos
de enaltecer su compromiso social y ambiental.
Además, estamos
desarrollado una línea de objetos de
diseño en base a remanentes textiles en articulación con emprendedores que
comparten nuestra iniciativa.
Existe el prejuicio de que la producción
sustentable resulta más cara o menos rentable económicamente, ¿qué opinás de
esto?
Bueno, habría que ver desde qué punto nace este prejuicio
y cuál es el punto de comparación. En la industria textil el precio de “mercado”
está viciado porque no hay un marco de referencia real. Si se compara una
confección realizada en un taller libre, en donde el valor-hora es justo,
claramente y por supuesto será más caro que si la confección es realizada en un
taller clandestino, en condiciones deplorables, infrahumanas, en donde el
costo-hora es ínfimo.
Ahí tenemos que rever qué elegimos, qué “votamos” cuando
compramos; es un proceso de sensibilización que nos compete a todos. La producción sustentable es sostenible y
es rentable.
Desde La Costurera acortamos
la brecha de intermediación, que es lo que generalmente suma costo al
producto final, todo el proceso es totalmente transparente para el cliente y
para el taller. Somos competitivos en precio-calidad con la sumatoria de que agregamos
valor social a la cadena de valor productiva.
¿En qué consiste el trabajo en red que
llevan a cabo?
La red de La Costurera está integrada por talleres libres
auto gestionados que se encuentran localizados en Capital Federal y Gran Buenos
Aires, son espacios que están legitimados en su territorio/comunidad.
La Costurera actúa como interfaz, conectando los
servicios generados en estos espacios con medianas y grandes empresas. Se trata
de servicios que los talleres no pueden responder desde su singularidad,
entonces lo articulamos en red, juntos y nos beneficiamos todos.
¿Cómo logran llevar a cabo la trazabilidad
ética de los productos?
Tenemos una estrecha relación con nuestros proveedores,
una relación de confianza mutua y creemos en los espacios en donde elegimos
trabajar.
De todos modos, al iniciar la relación comercial con cada
taller se firman distintos documentos que dejan asentado los compromisos de cada parte.
Contamos con un manual de buenas prácticas con cláusulas
como “Cumplimiento de Leyes”, “Medioambiente”, “Derechos humanos”, “Diversidad
e Inclusión”, “Salud”, “Seguridad y Ética”.
Todos estos documentos están disponibles para todo
cliente que lo requiera.
¿Qué productos ya están participando en el
mercado con estas características? ¿Cómo los reconocemos y dónde se consiguen?
Estamos confeccionando para empresas medianas y grandes,
como por ejemplo Swiss Medical Group para quienes hacemos reparación de
prendas; también confeccionamos porta-notebooks y porta-tablets de Monoblock;
indumentaria para CottonPompom; hicimos algunas producciones de remeras para Onda Orgánica;
bolsitos para Pimp
My Bike; bolsas ecológicas para Totebag y bolsas de packaging para Pe Marroquineria,
entre otros clientes.
Los pueden reconocer por un tarjetón colgante que indica
que fue confeccionado por la red de La Costurera. La apuesta a futuro es la
asignación de un código único por producto en donde el usuario final pueda
validar el perfil ético de la prenda.
En cuanto a las ventas, el desafío de este año es apuntar
a grandes empresas; comenzamos el año cotizando a multinacionales y empresas de
Chile y Uruguay.
¿En qué aspectos consideran ser
ambientalmente sustentables?
La industria textil tiene serias problemáticas: las altas
tasas de trabajo esclavo e informal, por un lado, y la alta cantidad de
desechos textiles, producto de los procesos productivos, por el otro, que,
según un informe de 2012 de la CEAMSE, representó el 4,6% del total de la
basura enterrada en ese relleno sanitario.
La Costurera atiende ambos focos problemáticos, gestiona
conocimiento en pos de las buenas prácticas sociales, empodera al sector textil
y desarrolla productos en donde la materia prima se compone de sus propios
desechos textiles, convirtiendo basura en objetos únicos de diseño.
Twitter: @LaCostureraArg
Mail: info@lacosturera.org
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