jueves, 2 de mayo de 2013

“Diseñar el mañana es la tarea más hermosa de una sociedad”


ProyectoAire entrevistó a Vicente Zito Lema (poeta, filósofo, escritor, periodista, investigador, docente, abogado, psicólogo social, pensador) para ahondar en el concepto del diseño desde una óptica social más amplia.

Por Axel Springer

¿Cuál es su primera idea al oír el término diseño?

Primeramente me gusta inscribir lo particular dentro de un marco general para construir dialécticamente. Forma y contenido construyen un todo, en tanto general e históricamente hay quienes han puesto el eje en el contenido, en la esencia de la cosa, en fin: lo interior de la cosa. Por otra parte se ha ido privilegiando la forma de reproducción material poniendo acento en lo exterior o aparente que es lo que no importa. El alma frente al cuerpo. Esto ha sido criticado, se ha abierto un dilema, entre contenido y forma, separándolo. Hay otros que sostienen que la forma hace a que la cosa sea. Como tantos otros temas de nuestra cultura se convierte en dilema. Lo asocio a una frase de San Juan: “No desprecies tanto a tu cuerpo que es la casa donde habita el alma”, dándole otro sentido de unidad o trascendencia, similar al concepto de Marx: “más allá de los deseos, las voluntades y los intereses; las formas y contenidos terminan siendo una unidad”.
Esto no es algo menor, no debe ser contrapuesto contenido y forma.

¿Cómo podría repensarse el diseño desde una perspectiva social?

En  el conjunto de nuestra sociedad vemos la dicotomía: legal versus legítimo, delirio versus razón, sentimiento versus pasión, utilidad versus belleza, vida versus muerte, locura versus razón. Vivimos en una civilización que construye lo instituido o definitivo  a partir de absolutas divisiones, una contradicción absoluta negando la verdadera esencia de las cosas, ya que no se trata de construir destruyendo, sino incorporando lo anterior que aún tiene sentido. El diseño  no debe apartarse de las necesidades reales, quitándolo y poniéndolo en un rol pasivo, alienado y perverso a partir de intereses económicos e ideológicos que no responden a un bien común sino a un sector  para provocar ganancias y riquezas,  olvidando que son a costa de la pobreza y dolor del otro, poniendo al otro en una posición marginal y excluida. Se construyen o diseñan sociedades dejando afuera cada vez a mayor parte de la sociedad. Se diseña la sociedad, el mundo, los objetos, la vida, la muerte, al margen de la verdad de las cosas en sí, olvidando el derecho inalienable de cada sujeto de participar en ese proceso, dándosele por constituida la aceptación y naturalización de las necesidades perversas y fetiches que no responden a necesidades reales y quitándosele la capacidad de conciencia crítica y la posibilidad de poder ser parte de los modelos y diseño de vida.
En el diseño es imprescindible la participación consciente, sensible y crítica del conjunto social. Todos tenemos derecho a participar en el diseño de la existencia como criaturas humanas, porque según sea esa forma de diseño también se organizará ese contenido.

Mencionaba el error de construir partiendo de la destrucción de lo anterior, actitud muy habitual con cada nuevo gobierno.

Ése es el gran tema. Rodolfo Walsh decía que muchas veces no construimos la sociedad del mañana porque insistimos en construir desde cero, perdemos el concepto histórico. Como si la vida comenzara únicamente por nuestra propia vida, un sujeto o una sociedad. Excedidos en nuestra subjetividad y separados del conjunto. Quitando la relación entre todo y partes, eso uno lo ve también en la construcción histórica. No quiere decir que todo lo anterior a nosotros debe existir, sino que sin conciencia de la mirada histórica no se puede construir. Mirada histórica y mirada del devenir. No hay hoy sin ayer ni mañana, por lo tanto yo aspiro a no repetir el ayer pero a tener conciencia de lo nuevo sin destrucción de lo que fue. Las cosas no se agotan hoy, conciencia de mañana con una conciencia de ayer. Relación entre los tres tiempos, donde el hoy es el cruce. 

Esa mirada al futuro, pero consciente de los errores y aciertos del ayer, es lo que nos permitiría hoy actuar responsablemente o, en términos más generales, en forma sustentable.

Cuando hablamos de sustentabilidad y, si se quiere ver más que como una palabra nueva, nos referimos a la conciencia histórica y la capacidad de generar una idea, y en ese cruce está el hoy. Convertir la sustentabilidad en el presente continuo sería la destrucción si no se tiene en cuenta el movimiento continuo de la vida. Nada de lo que fue desapareció completamente, la humanidad recoge el conjunto de la realidad de todos los tiempos.
Fue y será; sin eso es imposible entender. Lo sustentable tiene la mirada en el hoy pero aspira a mañana incorporando la memoria viva histórica en forma armónica y profunda, no declamativa. América Latina se generó de las tribus originarias y también de la conquista con sus muertes. No hay nada más negativo para construir lo nuevo que la falta del conocimiento pleno, no nacemos sólo del bien sino de actos malos y buenos, en su totalidad.
Diseñar el mañana es la tarea más hermosa de una sociedad a pesar de nuestro concepto de finitud y muerte en nuestra conciencia, venciendo así la potencia de la muerte. Tener la conciencia que hay que plantar árboles que más adelante darán fruto y sombra para generaciones futuras; caso contrario el mundo se extinguiría.  Sustentabilidad es una idea de la vida consciente de la muerte y de tener la capacidad de superarlo con conciencia de devenir; de ser así podremos decir que nuestra vida fue en sí y no una oscura manera de escondernos.


Nota publicada en el Número 5 "¿Sustentabilidad y Diseño?". Leé el número completo acá:



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