viernes, 22 de febrero de 2013

LA PERMACULTURA, EL BIOREGIONALISMO Y EL MOVIMIENTO DE TRANSICIÓN: los tres pilares de la eco revolución.

por MARÍA JULIETA SALVI Y ERNESTO SANTAMARÍA

Cada vez somos más los que nos damos cuenta de que vivimos en un sistema que no solo no benefi­cia al ser humano sino que tampoco a la vida en el planeta. Este sistema se encuentra totalmente en crisis, y si bien esa crisis la podríamos denomi­nar como económica, social y ambiental, es mera­mente una crisis de ética, moral y espiritual. Poco a poco las personas que vamos tomando concien­cia de esta realidad vamos decidiendo volvernos responsables y tomar acción, nos damos cuenta de que cada decisión que tomamos nos afecta a nosotros y a nuestro entorno, y que cambiando nuestras prácticas cotidianas podemos ser parte de la solución o ser parte del problema.
Un cambio de paradigma viene generándose de manera silenciosa. Desde hace ya bastante tiempo muchos estamos tratando de crear una masa crí­tica que logre generar una Eco revolución, donde se respete la vida, la igualdad, la sustentabilidad y el amor.

En este contexto, grupos de eco revolucionarios, concientizados y preocupados por dar respuestas a sus vidas ante las problemáticas que dominan el escenario actual, han hallado alternativas que en menor o mayor medida implican el desarraigo del costumbrismo y la quietud que éste conlleva, rompiendo los patrones habituales, atravesando las fronteras de lo establecido en los parámetros de la sociedad moderna: el culto a la naturaleza y la espiritualidad, sacar la figura del hombre como centro del universo para reconfigurarlo como un actor más dentro de éste y volcarse a trabajar en la búsqueda de un equilibrio que favorezca la prolongación, la sustentabilidad. Estos eco revo­lucionarios trabajan de manera pacífica y positi­va generando cambios constantes desde sus ca­sas, oficinas, instituciones, gobiernos, empresas, emprendimientos, etc. Su misión es cambiar el rumbo hacia un verdadero desarrollo sustentable, donde no haya injusticias económicas, ni sociales ni ambientales.

Hasta hace poco eran quizás considerados soña­dores, idealistas, poco realistas, pero ahora son un movimiento que ya no puede ser ignorado, sino que está siendo considerado como catalizador de un profundo y verdadero cambio.

La constante que se puede observar es que siem­pre el cambio comienza por una toma individual de conciencia, por una crisis existencial, al darnos cuenta de que somos parte de un sistema que está enfermo y que ser parte del mismo nos desequili­bra y no nos permite ser felices. En ese instante comienza la búsqueda y como cada momento de búsqueda es un momento de encuentro, nos en­contramos primero a nosotros mismos, nos empe­zamos a hacer preguntas y nos cuestionamos cuál es el sentido de la vida.

¿Venimos simplemente a consumir, transitar y mo­rir o hay algo más? Y empiezan a llegar respuestas, mostrándonos que podemos vivir de manera dife­rente, con otros valores, en una nueva realidad, y que podemos ser felices con cosas simples. Em­pezamos a relacionarnos con otros que se encuen­tran en el mismo proceso y entendemos que no estamos solos y que cada vez somos más los que nos hacemos las mismas preguntas y que comen­zamos a cambiar. Este cambio interior se empieza a manifestar en el exterior. Al comenzar a cuidar­nos y buscar armonía en nosotros mismos, surge la necesidad de ayudar a otros y conectarnos con la naturaleza, vislumbrando que somos parte de un organismo mucho más grande, que está vivo y que nos cobija a todos. De la misma manera en que nuestro cuerpo está compuesto por células, nosotros somos las células de este Ser que ha sido denominado con el nombre de Gaia. Al darnos cuenta de que somos parte del todo y que nuestro comportamiento influye de manera positiva o ne­gativa, pasamos de ser células enfermas que pro­ducen desequilibrio, a ser células regeneradoras, llevando vida adonde sea necesario.

Sanando nuestros cuerpos, nuestras mentes y de­jando aflorar nuestro espíritu para que nuestra vida tenga un sentido verdadero es que vamos creando el mundo en el que queremos vivir.
Descubrimos que a través de prácticas como la me­ditación, la contemplación y conexión con la na­turaleza, el yoga, la conciencia de la respiración, la alimentación sana, el estar en servicio hacia los demás, la práctica del silencio, y muchas otras actividades para el desarrollo de la conciencia, nos conectamos con nuestra verdadera esencia, para dar al mundo lo mejor de nosotros. Vamos encontrando verdades y al comenzar a aplicarlas a nuestra vida van creando cambios positivos que nos liberan y nos hacen íntegros. Son diversos los senderos en que este cambio se puede manifestar en lo concreto y diversas las herramientas que en­contramos para construir este nuevo paradigma. Una de las principales es la Permacultura como diseño de vida; con ella podemos diseñar nuestro entorno de manera sostenible. Al incorporar este concepto, esta nueva manera de ver las cosas, de pensar y actuar vamos creando un sistema que nos brinda todo lo necesario para nuestra liberación. Comenzamos a construir nuestras casas con ma­teriales ecológicos, energéticamente eficientes, que nos generen energía, que nos brinden comida, que purifiquen y almacenen el agua de lluvia, etc. La Eco revolución tiene como meta llegar a un sis­tema biorregional que, basado en los principios de la Permacultura, fomenta la economía local, la moneda alternativa, las tecnologías apropiadas, la unión a través del sentido común, la simplicidad voluntaria, etc. El movimiento de transición es el vehículo eco revolucionario que nos está condu­ciendo a esta nueva realidad que estamos gestan­do. “Crear el mundo que nosotros queremos es un proceso mucho más poderoso que destruir lo que no queremos”.
Links de interés:
www.amartya.org.ar
www.labioguia.com.ar
www.ecoyoga.com.ar
www.tierranaturalviajes.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario